“Los 7 Pecados
Capitales de la Economía Panameña”.
Autor: Oscar Joaquín Rawlins Rodríguez
Abogado/ Consultor.
El presente artículo trata de reflejar de forma clara y directa la
importancia, no sólo de alcanzar en equipo y como país un grado de inversión,
sino la real y verdadera importancia de cuidarlo, celosamente, como un proyecto
de Estado.
Actualmente la República de Panamá se encuentra en una encrucijada
económica que no se le desea a ningún otro país, siendo evaluado cautelosamente
por las agencias calificadoras de riesgos, en virtud de la falta de disciplina
fiscal y cuidado responsable en el manejo de la administración pública.
Los invito a que nos adentremos en un estudio práctico y vivencial de lo
que puede ser el “riesgo país”; ¿Cómo el mismo puede ser evaluado?, y qué
factores han jugado un papel importantísimo, haciendo que la economía panameña
se encuentre en lo que he denominado “cuidados intensivos”.
Es muy difícil decidirme escribir un artículo que hablara
sobre los pecados que cómo país hemos realizado en cuanto a nuestras propias
finanzas, ya que soy un apasionado estudioso de las mismas, y amo con recelo
esta tierra que me vio nacer, pero esconder la realidad que se vive, cuando es
tan evidente y que se encuentra consagrada en cada uno de los informes públicos
de la agencias de calificación de riesgo, me lleva a llamar la atención de las
autoridades locales, a fin de que tomen conciencia de la importancia, cuidado y
debido manejo de las finanzas públicas.
Resumen en
Inglés
This article clearly and directly reflects the importance of achieving
investment grade as a team and as a country; as well as reflecting the
importance of jealously caring for it as a state project.
Currently, the Republic of Panama is at an economic crossroads that is not
desired for any other country, being cautiously evaluated by risk rating
agencies, due to the lack of fiscal discipline and responsible care in the
management of public administration.
I invite you to delve into a practical and experiential study of what
“country risk” can be; How can it be evaluated? And what factors have played a
very important role, causing the Panamanian economy to be in what I have called
“intensive care.”
At first, it was very difficult for me to decide to write an article that
talked about the sins that as a country we have committed in terms of our own
finances, since I am a passionate student of them, and I love this land where I
was born, but hiding the reality that is experienced, when it is so evident and
that is found in each of the public reports of the risk rating agencies, leads
me to draw the attention of the authorities, so that they become aware of the
importance, care and due management of public finances.
“Calificadoras de Riesgo”; “Deuda Soberana”; “Derecho Tributario”; “Grado de
Inversión”; “Inversión”; “Riesgo País”; “Riesgo Soberano”; “Panamá”;
“Presupuesto”; “Tributación”.
Introducción.
Para el año 2022, la economía de la República de Panamá mostraba
pequeñas señales de recuperación, lo cual de cierta manera era positivo en su
momento, partiendo del hecho de que salíamos de una encrucijada económica
mundial como lo fue el encerramiento por motivo de una pandemia del COVID-19;
la ratificación de la calificación de riesgo panameña en BBB- y la revisión de
la perspectiva de negativa a estable por parte de una de las principales
calificadoras de riesgo aliviaban de cierta manera, aquella presión de una
potencial pérdida de grado de inversión.
Este voto de confianza, nos dejaba una serie de responsabilidades, ya
que dicha decisión se fundamentó en tres (3) elementos cruciales a saber; una
recuperación rápida de la economía panameña, antes de lo previsto, el
mejoramiento y fortaleza de las métricas fiscales y, en la expectativa de que
las autoridades debiesen contar con la capacidad de reducir el déficit fiscal,
situación que en la actualidad nos tiene colgando de un hilo y con un país
estresado por estar acariciando la posibilidad de un sobrecalentamiento de la
economía.
El
Grado de Inversión y su significado para la República de Panamá.
Como bien sabemos, el grado de inversión o la calificación de riesgo de
un país, no es más que una calificación otorgada por las agencias calificadoras
de riesgo que trata de cierta manera medir la capacidad de pago (repago) que
tiene el soberano, frente a las deudas para el mediano como el largo plazo, es
decir, determina o emite una opinión en cuanto a si un país como Panamá, puede
hacer frente a sus compromisos, de conformidad con el buen manejo y la
responsabilidad que le de a sus finanzas públicas, situación que no se ha dado,
según el criterio de las principales agencias calificadoras de riesgo de rango
mundial.
En el año 2010, en virtud de la disciplina, el buen manejo y la
responsabilidad con que se hacía frente a los pagos y la administración de la
cosa pública, la República de Panamá, con mucho esfuerzo, y el trabajo de todo
los panameños, se logra pasar al conjunto de países con grado de inversión;
como se podrá interpelar, el no contar con la misma afectaría directamente la
reputación de un país tan pequeño como Panamá, generado poco o nada interés en
su deuda soberana, creando desconfianza en su manejo y administración pública,
su disciplina fiscal, y el manejo de las finanzas, lo que sería un golpe grave
para una economía que ya se encuentra en cuidados intensivos.
Responsabilidades
Ignoradas desde el año 2022.

Una de las principales exigencias para la República de Panamá era contar
con una disciplina fiscal, tratando de alcanzar el tan deseado punto de
equilibrio entre los ingresos y
los
gastos; importante resaltar que la Ley de Responsabilidad Fiscal nos impone el
deber legal como panameños un límite del cuatro por ciento (4%) sobre el Producto
Interno Bruto (PIB) presupuestario, lo cual evidentemente para el año 2020, se
puso una dispensa extraordinaria que se increpo hasta el diez por ciento (10%),
muy por encima del límite legalmente permitido, para el año 2021, nuevamente de
repite el pecado económico, sobrepasando los límites permitidos, para colocarse
por encima de un seis por ciento (6.37%); para el año 2022 según datos del
Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), en su informe oficial titulado
“Balance
fiscal del Gobierno Central y del Sector Público No Financiero”; el déficit
en la República de Panamá quedo muy cerca del cuatro por ciento, colocándose en
un tres punto noventa y cuatro por ciento (3.94%) sobre el PIB presupuestario,
lo cual le permitió un posible “mejor desempeño” en comparación con el año 2021
Para el año 2024, las cifras oficiales aún no son
emitidas por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), pero según las
declaraciones realizadas a los medios de comunicación social por el titular de
dicha cartera, E. Ministro Héctor Alexander; “el déficit estimado en el
presupuesto es de un dos por ciento (2%) como máximo”.
Como panameños nos encontramos en una carrera contra
el tiempo y contra nuestras propias decisiones económicas. Así para el 30 de
septiembre de 2023, y para los meses siguientes de ese mismo año, una de las
principales agencias calificadoras “Fitch Ratings” afirmó la calificación de
incumplimiento de la República de Panamá a largo plazo, colocándola en “BBB- “;
en igual manera cambió la perspectiva de estable a negativa, según el informe
colgado en el sitio de internet oficial.
Si leemos con detenimiento el informe, nos podemos
percatar que los mismos pecados presentados para el año 2021, y los períodos
fiscales siguientes, se han repetido de forma reiterada por la misma
administración, llevándonos a una encrucijada que pareciese no tener salida. La
Perspectiva Negativa en la Calificación sólo refleja grandes presiones ficales
y perspectivas inciertas al momento de consolidar lo que a deuda pública se
refiere.
Actualmente, el gobierno de la República de Panamá se
ha valido, de lo que se puede desprender e interpretar del informe, de lo
llamado “medidas puntuales y maniobras contables para reducir los déficits
ficales”, lo cual a todas luces debe ser revisado con detenimiento y la
seriedad que esto merece. [
Pecados
Capitales Cometidos por la Economía Panameña.
Revisemos a continuación cuáles son aquellos pecados capitales que han
llevado a los panameños a vivir lo que he denominado “una potencial
encrucijada sin retorno en virtud de la potencial pérdida del grado de
inversión”, si no hacemos las cosas bien durante el período fiscal 2024.
Presiones
fiscales persistentes y perspectivas inciertas de consolidación. para
la agencia de calificación crediticia, se proyecta para el período fiscal del
año 2023 un déficit del tres coma siete por ciento (3,7%) del PIB. Los grandes
ingresos que se verán reflejados tienen un origen de la venta de terrenos
propiedad estatal al Canal de Panamá, por una suma aproximada de 500 millones
de dólares, lo cual pudiese estar representado un 0.6% del PIB, que se
utilizarán para pagar gastos no presupuestados, como vemos reflejados,
nuevamente se harán maniobras o improvisaciones con las finanzas públicas,
especialmente en un período de encrucijada como el que vive la República de
Panamá.
Uno de los grandes errores fue
tratar de asumir ingresos de algo tan incierto como era la renegociación del
contrato con la empresa “Minera Panamá”, con la esperanza de recibir regalías
por dos años por un valor de 770 millones de dólares, lo cual representaría el
cero punto nueve por ciento (0.9% del PIB). Dichos beneficios económicos se habían
comprometido para mejorar las reservas del subsistema de pensiones de beneficio
definido, y financiar nuevos beneficios e infraestructura de pensiones, lo cual
evidentemente por el descontento popular, y la falta de credibilidad y
transparencia por parte de la administración actual, no se perfeccionó.
Implementación
de maniobras contables para la reducción de los déficits ficales durante el
último período fiscal. Para un país como Panamá, el cumplimiento de la Ley de
Responsabilidad Fiscal (LRSF) es de suma importancia, ya que la misma establece
lo que se denomina un equilibrio objetivo que te permite alcanzar una meta
indicativa de relación Deuda/PIB, que para alguno de los entendidos ya puede
ser desigual al establecerse en un 40%. Para el período fiscal 2022, las
autoridades informaron de un déficit del SPNF del 3,9%, pero el mismo tiene un
fundamento en maniobras contables poco ortodoxas, incluido un “swap de flujo de
efectivo” con un banco comercial (muy similar a un préstamo según el criterio
de la agencia de calificación. Como se puede constatar, la falta de
credibilidad en la implementación de un marco fiscal tan complejo es crucial,
especialmente que la República de Panamá, la cual carece de una política
monetaria independiente.
Aunado a lo ya gravemente
mencionado, la administración para el período 2020-2024, ha mantenido un nulo
avance en el grave problema del sistema de pensiones, agravando más la
situación deficitaria, y presión actual que se viven en la principal entidad de
ahorro estatal.
Subsidios al combustible y la electricidad. Como aporte e investigador del
sobrecalentamiento económico nacional, se puede indicar que “responsablemente”
el Gobierno Central ha tomado la decisión de eliminar algunos subsidios
estatales, mas no los ha eliminado todos. Muy por el contrario, esto ha
significado un encarecimiento de la vida de los panameños en un cincuenta y
cinco por ciento (55%) lo cual puede desencadenarse en una explosión social
nuevamente, como la ya vivida para el año 2023.
Expansión
del Gasto Presupuestario. A criterio de la Agencia de Calificación, no se prevé
una voluntad de la administración de cumplir con la propia norma fiscal
adoptada por el país, en virtud de las constantes presiones sobre el gasto
público y la planilla estatal, esto aunado a los grandes problemas
estructurales en la recaudación de impuestos, siendo conservadores se puede
prever una ampliación del déficit del SPNF al 4,5% del PIB. Específicamente en
virtud del compromiso adquirido por la administración de aumentar el gasto
relacionado con la educación a un 7% del PIB, producto de luchas sociales y
exigencias realizadas por el mismo pueblo panameño, ya que no se ve reflejada
una inversión real directa en educación. A nuestro criterio, el error más
grande es aumentar el mismo, lo que como panameños deberíamos revisar y
analizar es, cómo otros países de la región con menos presupuestos para el
sector educativo, y menor porcentaje de inversión en educación, obtienen
mejores resultados en cuando a la calidad de la misma, implementada en dichos
países.
Creciente
Desequilibrio en el Subsistema de Pensiones de Beneficio Definido. El
creciente desequilibrio en el subsistema de pensiones de beneficio definido
sigue siendo un riesgo crucial en el corto y mediano plazo, que podría empeorar
ya la situación crítica que tiene la República de Panamá.
La administración actual ha
acumulado atrasos y compromisos monetarios que pueden resultar en una mayor
carga de deuda, la falta o carencia de avances importantes y toma de decisiones
en la implementación de medidas paramétricas en materia de pensiones, sigue
permitiendo y dando paso a desbalances importantes y crecientes a nivel
presupuestario.
Definitivamente que son necesarias
diversas medidas paramétricas para garantizar la sostenibilidad de todo el
cuerpo ahorrativo de los panameños, como es el fondo de Invalidez, Vejez y
Muerte (IVM) del Sistema de Pensiones. Sin embargo, poco o nada se ha avanzado
en la formación de consensos políticos en cuanto a las medidas paramétricas a
implementar, y bajo la administración actual se ha puesto de manifiesto su
falta de voluntad para implementarlas y tomar decisiones.
Consecuencias
para Panamá, en virtud de la Pérdida de Grado de Inversión.
Como bien sabemos, a través de las distintas metodologías usadas por las
principales calificadoras de riesgo; se trata de cierta forma evaluar, para un
período determinado, el riesgo en que se puede incurrir el “prestar” o “invertir”
en un país determinado, en este caso Panamá.
Las calificaciones y metodologías de evaluación de la deuda adoptadas
por cada una de las agencias calificadoras tienen una explicación, que nos
permite orientarnos y ponernos en perspectiva sobre el riesgo de repago con
relación directa de deudas o compromisos asumidos que tiene el país en un
momento determinado.
De forma reciente, para finales del año 2023, la Superintendencia de
Bancos de la República de Panamá (SBP), hace fuertes advertencias de cuáles
serían las consecuencias para Panamá, en caso de darse una potencial pérdida de
Grado de Inversión. Situaciones que no son nada alentadoras si la ponemos en
perspectiva.
Reducción
del Gasto Público (operativo/ como fuerza laboral): esta medida es
vital para poder retomar la credibilidad de las agencias calificadoras de
riesgo, pero según a criterio del regulador bancario, traería como consecuencia
una afectación directa en las poblaciones vulnerables y los presupuestos
asignados para estos fines (incluido aquellos programas en materia educativa).
Citando lo indicado por el
regulador bancario en su informe “Análisis de Amenazas microfinancieras para
el Sistema Bancario Nacional”; se indica claramente que “Según experiencias previas, los recortes
en inversión social y programas de subsidios suelen presentar desafíos
políticos y sociales significativos. Adicionalmente, de cara al futuro, se
anticipa un panorama más complejo para la realización de reformas estructurales,
tales como la reforma del sistema de seguridad social o una reforma fiscal
integral. Estas no podrán depender de la financiación por deuda pública como
eje central. Por lo tanto, se hace evidente que los retos sociales requerirán
un análisis más detallado y cuidadoso en las evaluaciones de desempeño
económico a mediano plazo.
Encarecimiento
de los fondos que se reciban del exterior. Es ampliamente
conocido que la República de Panamá no cuenta con banco central, y que nuestro
país recibe sus ingresos producto de una economía flotante de productos y
servicios, de igual manera
de parte de la inversión extranjera directa, de peajes del canal, y del
financiamiento externo. En caso de darse una baja en el grado de inversión,
producto del pésimo manejo de las finanzas públicas, definitivamente que
viviremos de forma directa el encarecimiento de los préstamos otorgados, así
como a la reducción de la inversión externa directa.
En términos del mismo regulador
bancario, plantea un escenario no tan alentador, al indicar en su informe
arriba mencionado que: “El
financiamiento externo no sólo se encarecería, sino también podría reducirse ya
que, al ser más costoso, se solicitarían montos menores. El financiamiento
puede ser solicitado por el gobierno o por empresas privadas, entre ellas, los
bancos. Al disminuir el monto de financiamiento que se recibiría, se reducirían
las inversiones gubernamentales. Esto por un lado impactaría en el desempleo y,
por el otro, en el dinero que circularía en la economía. El financiamiento
recibido por parte de los bancos, al ser más costoso, podría darse un
racionamiento de este. Quien lo recibiría, lo haría de forma más onerosa, costo
que sería transferido a los clientes. Las empresas que no reciban
financiamiento disminuirán sus operaciones, por lo cual requerirían menos
personal. Y como ya se mencionó afectaría el nivel de empleo y el dinero
circulante en la economía.”
Incremento del
costo de fondos, en virtud del alza en la tasa libre de riesgo (o
mejor conocido como prima de riesgo); impactaría directamente en la
financiación, que pudiese estar rondando en un costo de un 20%, según informe
presentado por el regulador bancario.
Encarecimiento
en los precios de los deudores, lo que conlleva un mayor
sobreendeudamiento, y por ende disminución en los desembolsos nuevos, por
pérdida en la capacidad de pago de las personas y las corporaciones.
La República de Panamá enfrenta varios escenarios y cada vez que nos
adentramos, ninguno de ellos es alentador, a no ser que se tomen medidas
estrictas y decisiones acertadas que conlleve sacrificio para todos y cada uno
de los panameños.
Manejar el déficit que se presenta a nivel presupuestario, falta en la
disciplina y recaudación fiscal, pésimo manejo de las finanzas públicas, y el
déficit actuarial que aún presenta el fondo de ahorro del Invalidez, Vejez y
Muerte (IVM) del sistema de pensiones panameños, se pueden considerar como las
principales amenazas que actualmente tiene la economía panameña.
Los efectos de una posible pérdida de grado de inversión, realmente
cambiaría de forma negativa todo el panorama del que hoy disfruta la República
de Panamá a nivel internacional, y los panameños a nivel de economía doméstica,
la pérdida de todo el esfuerzo alcanzado en el año 2010, traería como
consecuencia la reducción del acceso al crédito de forma doméstica, para el
panameño de a pie, afectando de forma directa los grupos más vulnerables en
pobreza dimensional y extrema, deterioro sociales y económicos, afectación
directa en la solvencia económica de las entidades de créditos, las carteras
crediticia de los bancos, encarecimiento de los fondos que se reciban del
exterior, haciendo un efecto de escalada nunca antes visto para Panamá.
Al darse esta reducción en los costos de financiamiento (de parte del
sector bancario doméstico, en virtud de la coyuntura) llevaría como
consecuencia a nivel corporativo la reducción de costos operativos, reducción
de personal, y disminución de solicitudes y acceso a créditos por montos altos,
se reduciría las inversiones gubernamentales, afectaría la generación de
empleos y de empresas, en definitiva, afectaría a Panamá, ya que nuestra
jurisdicción se vería como un país riesgoso para hacer negocios, y la promoción
y/o atracción de las inversiones.
Actualmente cada una de las agencias calificadoras de riesgos, han
colocado a la República de Panamá dentro del primer peldaño del grado de
inversión, por ente en una eventual reducción, inmediatamente nuestro país
procedería con la pérdida del grado de inversión, siendo vital la prevención de
los factores aquí expuestos, para que los mismos sean estudiados y mitigados. Con
la firme esperanza de que lo aquí indicado, sirva de llamado de atención para
la comunidad internacional, sobre la importancia del manejo responsable de la
administración pública.
Conclusiones.
Dada
una rebaja en la calificación de riesgo para la República de Panamá, afectaría
todo su entorno financiero, ya que el precio
de los títulos del Estado, llámese bonos del tesoro, letras o notas, se vería
afectado, incrementándose el costo de la deuda, encareciendo definitivamente la
vida del panameño.
No
queda la menor duda, que en caso de darse una caída del Producto Interno Bruto
(PIB), la reducción en ingresos tributarios, el deterioro de las finanzas
traería como consecuencias directas la pérdida del grado de inversión para la
República de Panamá, y el encarecimiento de la vida para todos los panameños.
El
Deterioro constante en la institucionalidad, la inacción en la implementación
de medidas responsables en cuanto al manejo de las finanzas públicas, lleva
como consecuencia el deterioro de la gobernanza que afecta de forma negativa la
formulación de políticas sanas en materia fiscal y tributaria.
La
administración actual ha demostrado ser incapaz en alcanzar una consolidación
estructural creíble que conduzca a un aumento sostenido de la deuda pública.
En
cuanto al acceso al crédito para los panameños de a pie, el regulador bancario
ha sido enfático que se prevé que los créditos nuevos se mantendrán en los
mismos niveles o menor que los períodos fiscales anteriores.
Preocupante
la encrucijada que actualmente vive la República de Panamá, ya que en caso de
una posible pérdida de grado de inversión, el incremento en los costos del
acceso al crédito por parte de las empresas o créditos corporativos haría un
incremento en los costos operativos y los pagos o servicios a la deuda, lo que
decantaría en una reducción de la fuerza laboral, y evidentemente menor
cantidad de dinero en poder de los panameños, trayendo como consecuencia el
incremento de la morosidad de las carteras de préstamos.